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Francia vivió su mayor protesta contra la reforma previsional de Macron

La movilización en Francia contra la impopular reforma de las pensiones del presidente Emmanuel Macron entró este martes en una nueva fase al registrar su mayor protesta y el inicio de una huelga prorrogable en sectores clave. Unos 1,28 millones de persona, según el gobierno, y 3,5 millones según la Confederación General del Trabajo (CGT), participaron en la mayor protesta contra una reforma social en tres décadas y ligeramente superior a la del 31 de enero. "Fue un día histórico por la amplitud de las huelgas y de la movilización", afirmaron los principales sindicatos en un comunicado conjunto en el que insistieron en que "el gobierno debe retirar su proyecto".

La segunda economía de la Unión Europea (UE) vivió su sexta jornada de huelga desde el 19 de enero, como medida de fuerza de los sindicatos contra el proyecto del gobierno de Macron de endurecer las condiciones para acceder a una pensión completa. Al término de la jornada, el frente sindical pidió al presidente francés una reunión "urgente" porque su "silencio ya no es posible" y convocó una nueva protesta el sábado y otra la próxima semana, coincidiendo con momentos clave del trámite parlamentario del proyecto.
 
"No nos rendiremos. Tenemos que impactar al gobierno para que ceda", dijo Patrick, un jubilado del sector ferroviario de 61 años, que se manifestó bajo la lluvia junto a unas seis mil personas más, según los sindicatos, en la ciudad norteña de Calais. Por su parte una trabajadora que intentaba tomar un transporte público expresó: "No hay muchos trenes, es bastante complicado para los que tienen que ir a trabajar sobre todo cuando vives lejos, pero también entiendo que la gente esté harta de trabajar cada vez más".
 
El líder de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), Laurent Berger, dijo que se trataba de una movilización histórica porque lograron "mostrar la determinación del mundo del trabajo", y agregó que el gobierno "no puede seguir haciendo oídos sordos".
 
Los gremios también apoyaron las manifestaciones del miércoles con motivo del Día Internacional de la Mujer, y del jueves, a pedido de los estudiantes, dos de los colectivos que se ven entre los más perjudicados por la reforma. Frente a ellos, el mandatario francés se juega una parte importante de su crédito político, después de que la pandemia lo obligara a abandonar una reforma anterior durante su primer mandato, marcado además por la protesta de los "chalecos amarillos".
 
Dos de cada tres franceses, según los sondeos, se siguen oponiendo a su proyecto de retrasar la edad de jubilación de 62 a 64 años para 2030 y adelantar a 2027 la exigencia de aportar 43 años (y no 42, como ahora) para cobrar una pensión completa. Una mayoría apoya las huelgas.
 
Pero elevar una de las edades de jubilación más bajas de Europa busca, según el gobierno, evitar un déficit en la caja de las pensiones. "Cumpliremos el objetivo" de un sistema equilibrado para 2030, dijo su vocero, Olivier Véran, en la cadena de televisión France 2.
 
Las marchas se desarrollaron en general con normalidad el martes, aunque como es habitual algunos grupos minoritarios provocaron daños materiales y protagonizaron enfrentamientos con la policía, en particular en París, donde había 43 detenidos por la noche. El prefecto de policía de París, Laurent Nuñez, atribuyó los enfrentamientos y destrozos a "individuos extremadamente radicalizados", en declaraciones al canal BFM.
 
La CGT calcula que unas 700 mil personas acudieron a esta nueva jornada de protestas en la capital francesa. Se trata de una cifra que duplica el número de manifestantes que salieron a las calles en la última convocatoria, el pasado 16 de febrero. A nivel nacional, el sindicato contabilizó unas 30 mil personas en Niza, 24 mil en Caen, 17 mil en Angers, 15.500 en Pau y 7.500 en Reims.

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