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Desalojaron un restobar por superar el número de personas permitidas

Durante la primera noche de reaperturas de salones de eventos, boliches y fiestas con baile en la capital correntina, desalojaron un restobar por exceder el aforo permitido.

El establecimiento, ubicado en la calle Río Juramento, superó el 70 % de aforo permitido a raíz de la vigencia de las nuevas medidas para el rubro, anunciadas por la Municipalidad de Corrientes el viernes 17.
 
Fuentes oficiales confirmaron el desalojo a El Litoral, así como la infracción para el local, por “superar ampliamente” la capacidad del lugar. Además, pese a no tener el permiso de baile necesario, había personas paradas y sin barbijo.
 
Desde el viernes, los bares, boliches y salones de eventos de la ciudad están habilitados para reabrir sus puertas con más libertades, pero también con una serie de requisitos. Para conseguir las autorizaciones municipales que permitan un aforo del 70 % y la posibilidad de bailar en cercanía de las mesas, los comercios y sus dueños debieron presentar una declaración jurada y un croquis del lugar para determinar el factor ocupacional y el aforo permitido.
 
Para los asistentes, en tanto, la exigencia recae en la presentación del carnet de vacunación anticovid en formato físico o desde la aplicación Mi Argentina. Sin él, no podrán ingresar a los establecimientos. Los no vacunados deben exhibir un PCR negativo de 48 horas.
Responsabilidad
 
Pese al traspié de la primera noche en que rigieron las nuevas flexibilizaciones, fueron más los comercios que operaron dentro del marco establecido por la Municipalidad, exigiendo al público el carnet de vacunación y respetando la capacidad de sus locales.
 
Nazareno Ruggeroni, dueño de un bar ubicado frente a la plaza 25 de Mayo , indicó a El Litoral que fue una “buena noche” para el rubro, al que definió como uno de los “más renegados por la pandemia”.
 
“La gente salió por ser viernes, todos los lugares gastronómicos estuvieron a pleno”, celebró Ruggeroni y agregó que, en su bar, “se bailó al costado de las mesas, como estaba marcado por las autoridades”, con quienes mantiene diálogo permanentemente.
 
Indicó que solicitaron el carnet de vacunación y que pocas personas no pudieron ingresar. “La gente estaba enterada, pero siempre hay dos o tres que no saben y no se les permitió el ingreso, lo que se nos exige como empresarios y emprendedores”, relató Ruggeroni. Lo mismo indicó Silvia López Vega, de un bar también céntrico, donde también se bailó en la noche del viernes. Fueron pocos los jóvenes que se olvidaron el carnet y no pudieron entrar al local.
 
Explicó que debieron contratar más personal para cumplir con los protocolos: un personal de seguridad en la puerta se encargó de pedir la constancia de vacunación y un joven hizo lo propio controlando los DNI y brindando alcohol en gel.
 
La mujer relató que los asistentes se portaron de buena manera, con los cuidados necesarios: usaron constantemente el alcohol disponible en las mesas y se colocaron el barbijo para ir a la barra o a los baños.
 
“Además permanecieron en grupo, no pasó como antes que se recorría el local para chusmear quién está y quién no”, dijo Vega.
 
Además, contó que los clientes bailaron hasta el horario máximo. A las 3.50 de la madrugada, la música se apagó para que a las 4 ya no quedara nadie, aunque “si era por ellos se quedaban hasta más tarde, estaban esperando el momento y lo estiraron hasta el último minuto”, contó Vega.
 
La representante del bar ponderó el cuidado y dijo: “Siento que los chicos estaban esperando para disfrutar de esto”.

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