Actualidad
El nivel más bajo se registró el sábado pasado con 0,46 m. Aunque en las últimas dos jornadas se advirtió un leve crecimiento en el caudal.
Tal como se había anunciado la semana pasada por parte de las autoridades del Instituto del Agua de la vecina provincia del Chaco, el nivel del río Paraná descendió hasta niveles aún más bajos de los esperados. Inclusive el sábado registró, frente al puerto de Corrientes, sólo 46 centímetros. No obstante, según los registros de Prefectura Naval Argentina, en la medición de ayer, el Paraná se encontraba en 49 centímetros y en creciente.
La bajante del río es histórica, no solo por los escasos niveles que alcanza su caudal, sino también por su persistencia: se ha prolongado por 730 días y si bien tuvo cierto alivio debido a la apertura de las compuertas en las hidroeléctricas de Itaipú y Yacyretá, un nuevo descenso marcó aun más la gravedad de la situación.
En su momento se acordó la apertura controlada de las compuertas para elevar el nivel del río y que permitiera la navegación de los convoyes de barcazas por la hidrovía, pero una vez que se volvieron a cerrar comenzó un nuevo descenso de lo nivel.
El escaso nivel del río no solo afecta la actividad económica de la región, debido a que repercute directamente en la navegabilidad, utilizado para el transporte de la producción primaria y la pesca comercial, sino también que comenzó a afectar la provisión de agua potable en diferentes localidades, e incluso también al medio ambiente con un impacto directo en la fauna íctica.
El sábado último se dio una marca extrema de bajante: 46 centímetros de altura en el puerto de la ciudad de Corrientes, de acuerdo a lo registrado por el hidrómetro de la Prefectura Naval Argentina.
Uno de los factores que influyen en descenso continuo del río es la falta de lluvia en las cuencas del río Iguazú, y que afecta a los afluentes Paraná y Paraguay. A su vez, las represas de Brasil en estos momentos no cuentan con las reservas de aguas necesarias para realizar descargar especiales, como se hizo el año pasado para paliar la problemática. Las represas en Brasil estaban en el promedio de embalse de 42%; por su parte, Yacyretá, que en enero pasaba 13 mil metros cúbicos por segundo de agua, viene bajando hasta los 6 mil.