Cultura y Farándula

El festival de Cine Rural como resistencia cultural

 Con dos días intensos  y fríos, el Festival Regional de Cine Rural concluyó con la presencia de más de 600 jóvenes que llegaron desde diferentes lugares de Corrientes. El calor y los colores los llevaron esas nuevas miradas que se acercaron a la producción audiovisual rural y regional,  fortaleciendo el proceso cultural autogestivo que impulsa este espacio.

 Desde la organización -INTA y Carambola Cine- expresaron que el evento superó una vez más las expectativas, no solo por los niveles de participación que se registraron, sino también por la diversidad de expresividades artísticas que confluyen en esta quinta edición . Dichas producciones de llegan  desde diferentes lugares de la Argentina, Paraguay, Brasil y Uruguay.
 
A eso se sumaron expresiones artísticas como el teatro regional, músicos populares e intervenciones de fotografía, poesía, muralismo, más las comidas típicas y ancestrales de la región como el chipá cuerito y la torta parrilla. Algunos de los artSe presentó “La Moribunda”, una obra teatral protagonizada  por Nancy García y Naty Barcellos, bajo la producción de Tony Monzón y la dirección de Toño López. El aporte musical llegó a través de la voz de Sole Villalva, una jóven que hace un par de años fue al festival con su colegio y ahora regresó como artista de  Colonia Progreso.
 
Con propósito formativo, el colectivo de  producción audiovisual Xinéticas, desarrolló dos talleres: uno sobre stopmotion para jóvenes de la Escuela de la Familia Agrícola -EFA- Mensú Peguará (produciendo la realización de 3 cortometrajes que cerraron la edición 2019 del festival), y otro sobre comunicación  inclusiva para docentes. Por su parte, tres muralistas del colectivo cultural Sarambí (Sil Esquivel, Guaguita Zoila y Nati Basilli) realizaron intervenciones en las paredes del predio del festival, empoderando culturalmente el lugar a partir del reconocimiento  del ecosistema de la región y quiénes lo habitan.
 
A un costado de la alfombra roja, imagen  simbólica del festival, y a la sombra de los mangos que rodean el galpón de proyección, funcionó la instalación “Tierra es mi cuerpo”, una muestra colectiva de fotógrafas y escritoras conectadas a través del arte y la naturaleza, coordinada por Natalia Vega.
 
Es importante destacar la presencia del  actor formoseño Jorge Román, protagonista de la serie del momento: “Monzón” que se emite por Space. Román, junto a Celso Franco -Paraguay- y Chirola Fernández -Corrientes- (quienes también estuvieron presentes en el evento), fueron parte del elenco de la ficción  “Un Gauchito Gil”, dirigida por Joaquín Pedretti, que se proyectó en la apertura oficial del festival.  A cúal llegaron distintas personas desde Caá Catí y San Miguel que formaron parte de la filmación de la película (tanto delante como detrás de cámara).
 
Además, se lograron articulaciones como el espacio para el Festival Nacional de Cine Rural de Ayacucho -Buenos Aires-, con la proyección de una muestra de cortos y la presencia de Emilio Quiroga, su organizador. Desde Ecuador, llegó una muestra de cine comunitario feminista a cargo de Ariana Sacroisky, con una serie de cortos hechos por mujeres abordando sus problemáticas.
 
El momento más emotivo en este quinto festival, fue la inauguración del Espacio Mujeres Latinoamericanas “Melisa Bogarín”, a cargo de su compañero de vida Germán Gonaldi. Sus palabras resuenan y recuperan la memoria de Melisa, y desde allí se renuevan todos los sueños que transitan el viejo galpón, con  la certeza de saber que el cine regional es clave para la resistencia cultural.
 

Fotos del día