Interior
El Arzobispo de Corrientes inauguró el año Litúrgico con una invitación a los feligreses para la conversión de las almas.
Una fuerte exhortación a impulsar el amor al prójimo fue lanzada por el Arzobispo de Corrientes.
Andrés Stanovnik, al dejar inaugurado el año Litúrgico el domingo previo a la Cuaresma, recomendó recurrir a las Sagradas escrituras en el libro del Éxodo, en el cual están los diez mandamientos que “nos enseñan que Dios es lo primero, el amor a Dios y el amor de Dios limpian el corazón de cosas que se adhieren como ventosas y por las que sacrificamos todo, hasta nuestra propia vida”. “El amor a Dios nos libera el corazón para amar al prójimo. Esa es la verdadera sabiduría de la que habla San Pablo en la segunda lectura, y que se nos ha manifestado en Jesucristo. Él es el templo, la casa de Dios en la que caben todos”, indicó el titular de la Iglesia Católica correntina.
Exhortó a limpiar la casa “de intereses mezquinos, de esa sabiduría mundana que confunde placer con felicidad, dinero con seguridad, y poder con dominación y prestigio”.
También recomendó defender “la justicia, la equidad, el acceso de todos a los bienes comunes, el cuidado de la vida desde la concepción y la protección de toda mujer embarazada”. “La atención por no ensuciar más la casa que habitamos, el respeto a los derechos humanos para todos, son las expresiones del amor al prójimo y las condiciones necesarias para ingresar al templo de Dios, es decir, para encontrarnos con Jesús y, en Él, con la misericordia de Dios”, expresó.
Enfatizó que “esa es la sabiduría nueva, sabiduría del Evangelio a la que necesitamos convertirnos en este tiempo santo de la Cuaresma”.
Recordó a los feligreses que este año “vamos a tener tres momentos eclesiales relevantes, que van a demandar nuestra responsabilidad, de un modo particular”.
Mencionó el Sínodo para los Jóvenes, bajo el lema “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”, a lo que sumó la conmemoración del “Centenario de la Proclamación de Nuestra Señora de Itatí como Patrona y Protectora de la Diócesis”. “Le vamos a dedicar un triduo de preparación al día 23 de abril, fecha en que se cumplen los cien años de la mencionada proclamación”, señaló.
En tercer lugar, convocó al “Encuentro del Pueblo de Dios”, en el que celebramos la alegría de nuestra fe, renovamos nuestra adhesión a la Iglesia diocesana que “abre nuestra mirada y corazón a la Iglesia universal y al papa Francisco”. “Por eso, el corazón de nuestra Iglesia particular, quiere palpitar al ritmo de toda la Iglesia, y estar atenta a sus intenciones y permanecer sensible a sus realidades”, añadió.